jueves, 22 de enero de 2015

Anatomía de la pasión: 500 días con ella

Anatomía de la pasión: 500 días con ella, de Marc Webb
Marc Webb: 500 days of summer, Fox Searchlight Pictures, EEUU, 2009. 95 min.




“Estas enamorado del amor” me dijo alguna vez mi madre en la adolescencia, como lo habría podido decir cualquier madre a cualquier muchacho de mi edad. Y en verdad el amor narcisista de las dieciocho –más o menos– primaveras, es como una gripe estacional: fácil de diagnosticar y se cura con el tiempo. Una dolencia del alma que no sólo ha sido merecida ser descrita desde el mito del célebre narciso. Otros hermosos relatos griegos han repasado con profundidad sus causas y azares. Una de ellas, muy famosa y afín también al mito del “enamorado de sí mismo”, es la de Cupido y Psique. Tópico usual en la literatura de la antigüedad y popularizada por el latino Apuleyo en su inmortal “Asno de oro”.

Según la leyenda, Psique, la más hermosa entre las mortales, sufrirá los celos de la diosa Venus. Ella incitará a su hijo Cupido para que la enamore del ser más abyecto de la tierra. Cupido, cautivado a su vez por la belleza de Psique, no sólo desobedecerá a su madre sino también la desposará en secreto bajo la condición de no revelar nunca su identidad. Psique, con el tiempo se enamorará también de la sombra de Cupido; de ese desconocido amante que la acompañó todas las noches en su lecho y quién incluso la hizo madre. Sin embargo, el destino es inefable, y las hermanas de Psique, intuyendo su fortuna y envenenadas por la envidia, le tenderán trampas y engaños a fin que rompa su juramento y devele la identidad de su marido traicionando así su feliz y estable amor conyugal. Justo cuando Cupido le concedería la inmortalidad y develaría su apariencia completa, ella dejará por propia voluntad de ser la dichosa esposa de una sombra para convertirse en una mendiga de la pasión: Escondiendo una lámpara en el lecho para contemplar al dios mientras dormía, y quedando estupefacta al revelársele con quién compartía su cama cada noche, ella quemaría su cuerpo celestial con el aceite encendido y se heriría con las flechas de su esposo al tratar de huir, quedando así enamorada -apasionada- por siempre de un amor imposible. Así pues ella, la “enamorada del amor” trocará el amor verdadero que los años y la paciencia le concedieron, por un amor de fantasía que sólo la consumirá a ella hasta el dolor; un amor más falso que cuando amaba sólo a una sombra. Psique se convertirá pues en el arquetipo de los hombres y mujeres a quienes la pasión los consume producto de su desconfianza y egoísmo.

Hoy en día, tiempos del “Amor líquido y descartable” como diría el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, la fábula de Psique y Cupido está más vigente que nunca. La pasión y toda su mentira ha ganado terreno al amor –o por lo menos a la noción de un amor– nacido del esfuerzo, el tiempo y el sacrificio. No nos engañemos, todo lo rápido –fast food, lavanderías express, banca virtual– es más prestigioso que lo pausado y trabajoso. Luego, la pasión, ese chispazo –o “clic” según Tula Rodríguez– que no se entiende muy bien que es y que desaparecerá con la misma presteza con que se inició, gustará más que el institucional matrimonio o el “vínculo” que significan los hijos. Es en esta línea que Webb nos ofrece un relato atractivo y entretenido: 500 días con ella.

Summer (verano, en inglés) será la causa de la pasión de Tom, un joven arquitecto que esperaba con ansias el “amor verdadero”. Summer a su vez será una descreída del amor y sólo buscará divertirse y “encenderse” con Tom. Él lógicamente terminará enamorándose de la imagen de Summer, sin posibilidad de establecer un vínculo real con ella. El amor falso –la pasión– será el hierro que marque la vida de Tom, llevándolo hasta la depresión y la pérdida de su empleo. Pero como dice el dicho: “luego de cada verano viene el otoño”, y un recuperado –y más sabio– rehará su vida con una nueva muchacha: Autumn.

martes, 6 de enero de 2015

Dios es una alucinación sonora: Todas las mañanas del mundo

Dios es una alucinación sonora: Todas las mañanas del mundo, de Alain Corneau
Alain Corneau: Tous les matins du monde. Bac Films, Francia, 1991. 114 min.




Si los pitagóricos creían en la música de las esferas celestes y Emil Cioran decía que Dios era una alucinación sonora, sólo una película podría resumir todas las pretensiones metafísicas del oficio de Euterpe: “Todas las mañanas del mundo” (1991), de Alain Corneau. Una hermosa pieza del séptimo arte que se adentra en la vida de Monsieur de Sainte-Colombe y de su célebre discípulo Marin Marais, ambos eximios músicos franceses del periodo barroco.  

A pesar que de Sainte-Colombe se desconoce prácticamente todo –excepto que fue el viologambista más importante de su época y el introductor de la “séptima cuerda” en dicho instrumento– Corneau lo presentará como un jansenista alejado de las seducciones del mundo y sumido en su arte. Luego de la muerte de su esposa, su melancólica condición se agravaría hasta la misantropía. Instalado en una covacha a las afueras de sus posesiones, y abandonando por completo a sus dos hijas, dedicaría todas las mañanas del mundo a componer música capaz de “resucitar a los muertos” a fin de ver a su amada esposa. Tiempo después, un joven ejecutor de viola da gamba –Marin Marais– enterado de su renombre, buscaría luego convertirse en discípulo del huraño compositor. Él lo rechazaría luego de trabar con él una curiosa relación, forjada en ardorosas disputas y extasiadas –a la vez que extasiantes– charlas sobre la naturaleza misma de la música y la belleza. A pesar de todo, años después y en la cima de su fama, Marin reconocería en el viejo Sainte-Colombe a su único maestro, a pesar que no le fuera enseñado por él ni una sola técnica, ni acaso una nota para engalanar su instrumento.    

El malogrado amor no podrá sustraerse a la trama. La hija mayor de Sainte-Colombe, también dotada viologambista, se ocupará de entrenar a Marais secretamente. Ella ocultaría su amor a su discípulo, quién le prometería corresponderle a su tiempo. El desenlace es obvio: él la abandona por convertirse en músico de la corte del Rey Sol, y ella opta por una solución definitiva. La tragedia y el patetismo solo serán atenuados –a la vez que sublimados– por la belleza de la música que envuelve el film, y que todos los protagonistas persiguen desesperadamente cada uno de particular manera.

La cinta es protagonizada por Gerard Depardieu en el papel del viejo Marin Marais, y por su hijo Guillaume Depardieu (desaparecido tempranamente en un accidente de motocicleta) encarnando al joven discípulo. La notable dirección de Corneau, célebre en ese entonces por “Nocturne Indien” (1989) y “Fort Saganne” (1984), amalgamará magistralmente una deliciosa fotografía que recuerda lo mejor del barroco pictórico por sus tonalidades y claroscuros, con la soberbia banda sonora ejecutada por el catalán Jordi Savall. Así pues, uno de los más grandes intérpretes de un género para iniciados, hará el deleite de todos los espectadores ejecutando el repertorio de Sainte-Colombe, Marais, Couperin y Lully, en instrumentos hoy casi extintos como el clave, laúd, fagot, flauta, y –claro está– la viola de gamba.

Amén de todo lo antes dicho, y más allá de la armoniosa conjunción de todos sus detalles, una sola es la característica que hace notable a este film: el guión. Los deliciosos diálogos que tendrán lugar ante nosotros sólo podrán sobrecogernos. Y más allá de lo incomprensibles y oscuros que parezcan, ellos constituirán coloquios precisos para una época de claroscuros y de cavilaciones de aire místico como los del Siglo XVII. La poesía, luego, empapará todas las secuencias haciendo de cada uno de parlamentos piezas de alto valor lírico, con la justa dosis de hermetismo que les corresponde.


Junto con  la clásica “Amadeus” (1984)  de Milos Forman, “Amada Inmortal” (1994) e “Impromptu” (1991), Todas las mañanas constituye una de las más recordadas cintas del drama biográfico en el ámbito musical; películas que abordarán la vida de Sainte-Colombe, Mozart, Beethoven y Chopin, respectivamente. Una película excepcional, fundamental para todos los amantes de la música selecta y para los que no lo son.  Perla rara y deslumbrante, atractiva en su disparidad,  tal y como entendía Severo Sarduy al origen mismo de la palabra “barroco”.    

Lista: Las mejores películas del 2014




Muchas de ellas nominadas a los premios de la Academia, casi todas desaparecidas de nuestras carteleras. Las mejores películas de este 2014 que se nos va –salvo mejor entender– nos hablan de films más “sueltos” que los del año pasado; 2013 en el que películas de profunda trama –muchas veces fallida– dieron la nota. A pesar de esto, podemos mencionar pocas películas sobresalientes. Esperemos que el 2015 sea más fructífero.

1.  INTERESTELLAR (Christopher Nolan / SciFi): Las últimas teorías de la física apoyarán esta épica del espacio. Un derroche visual sirve de marco para escudriñar los deseos más profundos de la humanidad con respecto a sus límites.

2.  BIRDMAN (Alejandro González Iñárritu / Comedia): Birdman: Humor negro de alta calidad. Michael Keaton, Edward Norton, Naomi Watts, entre otros, representarán la vida de un actor en caída que buscará recuperar a su familia, carrera y su identidad. Dirigida por Alejandro González Iñárritu.

3. PURO VICIO (Paul Thomas Anderson / Comedia): Oscura  y brillante. Durante los 70’ un detective estará tras la pista de una ex novia, y de paso de él mismo.

4. LOS JUEGOS DE LA IMITACIÓN (Morten Tyldun / Suspenso): Describe la hazaña del matemático y lógico inglés, Irving Turing, célebre desencriptador de la máquina “Enigma” alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

5. CORAZONES DE ACERO (David Ayer / Bélica). Otra de guerra. Bratt Pitt será el líder de un tanque Sherman en la Segunda Guerra Mundial. Las insulsas angustias “metafísicas” de los personajes serán bien matizadas por logradas escenas bélicas.

6. BOYHOOD (Richard Linklater / Drama): La más aclamada del año. Filmada durante trece años seguidos, contará la historia de Mason, un pequeñuelo que va encontrando finalmente su identidad.  

7. BAJO LA MISMA ESTRELLA (Josh Boon / Drama): Tierna. Dos jóvenes se enamorarán luego de conocerse en un grupo de apoyo a pacientes de cáncer. Indagar la vida a través de los ojos del amor.

8. EL GRAN HOTEL BUDAPEST (West Anderson / Fantasía): Uno de los últimos desvaríos de Wes Anderson. La historia del auge y decadencia de un Gran Hotel, y de sus curiosos habitantes. El ensueño y fantasía atraviesan uno de los periodos más oscuros de la humanidad.

9. LIFE ITSELF (Steve James / Documental): Film documental que explora la vida de Roger Ebert, renombrado crítico de cine norteamericano. Producida por Scorsesse. El cine visto por el cine.


10. VIEJOS AMIGOS ( Fernando Villarán / Comedia): Película nacional digna de destacar, quizás aún más por contraste. Villarán apuesta por una voz íntima y sutil, y nos lleva por un viaje lleno de humor en las vidas de tres octogenarios magistralmente caracterizados por Gassols, Victoria y Blume. Hay luz al final del túnel.