martes, 19 de abril de 2011

Ecce Filme: El rito.

Ecce filme: El rito, Mikael Hafstrom

The rite: Mikael Hafstrom. Contrafilm. 2011. 110 min.



Las posesiones diabólicas son y serán un tópico cinematográfico que afiebrará de cuando en cuando nuestras mentes, a la vez que insuflará aires de vigencia a la temática religiosa en el cine. De esta manera El Rito se nos presenta como un film que recrea de manera simbólica la decadencia de la Iglesia Católica en los tiempos modernos, al igual que sus predecesoras The Exorcist (1973) y Exorcismo (1974), pero quizás no con el mismo acierto. Usualmente estos filmes carecen de fundamento doctrinario, ya que explotando el lado más sensacionalista del fenómeno religioso y su liturgia, se deja de lado el trasfondo ético-moral que los inspira, desnaturalizándose así por completo el rito. Sin embargo este film hace honor a su nombre, y se presenta como una de las pocas cintas del género que está sujeta –en parte- a los dictados de la Iglesia; eso sí, sin sacrificar los necesarios giros y requiebros ficcionales. Así la última escena nos presenta una imagen plena de significado: Michael Kovak, el incrédulo exorcista, finalmente ejerce el ministerio de la confesión; sacramento que según la Tradición Apostólica es el verdadero azote del demonio.

Por otro lado, ya en términos cinematográficos, podemos afirmar que El Rito no es una película muy lograda. Frente a la iniciadora de la saga deja mucho que desear, en especial con respecto a los matices y tonos fotográficos, el tratamiento de las escenas y la música. La obra maestra de William Friedkim mantenía coherencia y uniformidad entre temática y forma, El Rito por su parte no lo logra, a pesar de pretender mantener la misma lógica. Quizás el desarrollo de la historia, un guión más ligero, sus secuencias en locaciones abiertas diluyen el ambiente opresivo que por momentos se quiere recrear, aquellas que nos traen a la memoria las logradas escenas de El Exorcista. No obstante lo dicho, y a pesar de sus errores formales, esta cinta es una de las mejores propuestas de los últimos meses.

Es remarcable la actuación de Anthony Hopkins en quien muchas veces recae todo el peso de la cinta. Las vistas de Roma son siempre placenteras a pesar de estereotipadas. Finalmente sólo queda recomendar al precavido lector, además de disfrutar este filme, portarse bien para evitar cualquier visita inesperada del demonio.

(III y ½ Palmas fraternales)

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