jueves, 16 de junio de 2011

Elefantes de color rosa: Agua para elefantes

Elefantes de Color Rosa: Agua para elefantes, de Francis Lawrence.

Francis Lawrence: Water for elephants, 3 Arts Entertainment, Dune Entertainment. 121 min. 2011.

Una monótona y dulzona trama es la que desarrolla la última cinta de Francis Lawrence; un film que nos presenta la historia de Jacob, un frustrado veterinario que luego de una tragedia personal se incorpora a un circo en plena década de la depresión. Muy distante de los clowns de Fellini y de los funámbulos de Jodorowski, Agua para elefantes, no sabrá aprovechar los peculiares personajes e historias que ocurren debajo de la gran carpa, ofreciéndonos una película ciertamente mediocre. Es rescatable más bien la escena en la cual August (Christoph Waltz) obliga a Marlena a representar el acto de infidelidad que cometió días atrás, aludiéndose así al concepto de perversidad definido por el psicoanálisis de orientación lacaniana como el acto por el cual se obliga a alguien un hecho previamente consentido por él y que –por ende– no podrá desacatar, lo que tornará la orden como doblemente obscena.

Siempre dentro del límite de lo aceptable, Agua para elefantes nos presenta locaciones, efectos especiales y una fotografía que no excederá el ámbito de lo convencional, mostrándonos un inocuo espectáculo. Mención aparte merece la participación de Robert Pattinson, quién aún en esta película no abandona aquel aspecto de no-muerto que le mereció buenas críticas en la cinta Crepúsculo (2008), interpretación que resulta absolutamente impertinente en esta oportunidad. Por su parte Reese Witherspoon –quizás bajo la influencia de su co-protagonista– desluce su parte en la cinta mediante una desabrida actuación que sólo podrá ser superada por su color de cabello. Resulta más bien remarcable la interpretación de Cristhoph Waltz, el nominado al Óscar por Bastardos sin gloria (2009), quien como nos viene acostumbrando personificará en esta oportunidad al malo de la película de manera ciertamente notable. Su participación, además de opacar la de sus colegas –al punto de hacerlas parecer amateurs al lente de la comparación– será lo único digno de considerar, (además de las piruetas de una bella paquiderma). En suma Agua para elefantes nos pintará mastodontes de color rosa, y aunque encandilará al más “fresa” de los espectadores, consideramos sólo es digna de una frambuesa[1].

(Iy ½ Palmas fraternales)


[1] Los premios Golden Raspberry, popularmente más conocidos como Razzies o Los Anti-Oscar fueron creados por el crítico y escritor de cine John Wilson en 1980, intentado complementar y criticar con un enfoque cómico los Premios de la Academia, premiando a los peores actores y actrices, guionistas, directores y películas de la industria cinematográfica estadounidense

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