Una fría película: Un día para sobrevivir, de Joe
Carnahan.
Joe
Carnahan: The Grey, Chambara Pictures, Scott Free.USA. 117 min. 2012.
Liam Neeson es
Ottway, un francotirador de origen irlandés quien es contratado por una empresa
petrolera en Alaska para que elimine a los lobos que acechan en las inmediaciones de la planta. En el culmen de su frustración
-soportando un inhóspito clima lejos de la mujer que ama, y en compañía de la
escoria que trabaja en ese remoto paraje por suculentas sumas de dinero- decide
abandonar la montaña. Sin embargo, el destino le deparará una sucia pasada y,
luego de una atroz tormenta de nieve, su avión se estrellará en un gélido
confín de la región. Allí la historia tomará un nuevo rumbo, y en adelante
el protagonista buscará guiar a un
puñado de sobrevivientes, enfrentando a sus antiguos y feroces rivales: los lobos,
esta vez en amplia desventaja.
“The Grey” es un dinámico film de Joe Carnahan, un semi-desconocido
director estadounidense, quien nos presenta una cinta que, sin salir del
esquema de lo convencional, e incluso cayendo en varias ocasiones en lo repetitivo
y tedioso, representa el típico film de suspenso, muchas veces impregnado de
inverosímiles situaciones. La caracterización de Liam Neeson, sin ser
magistral, se destaca en la película, siendo su personaje –no muy bien definido
por el guión- el que sostiene toda la producción. Vale rescatar el papel de
Díaz (Frank Grillo), que cayendo algunas veces en lo chabacano, puede resultar
interesante. Sin embargo la película se deja ver, sobre todo por sus bellos
paisajes, enmarcados en una aceptable fotografía. Se puede advertir en “Un día
para sobrevivir” una fuerte similitud con The
Ghost and the Darkness (1996), y sobre todo con The edge (1997), ambas superiores producciones en cualquier orden,
si las comparamos con la película que comentamos.