lunes, 27 de agosto de 2012

Una fría película: Un día para sobrevivir.


Una fría película: Un día para sobrevivir, de Joe Carnahan.
Joe Carnahan: The Grey, Chambara Pictures, Scott Free.USA.  117 min. 2012.




Liam Neeson es Ottway, un francotirador de origen irlandés quien es contratado por una empresa petrolera en Alaska para que elimine a los lobos que acechan en las inmediaciones de la planta. En el culmen de su frustración -soportando un inhóspito clima lejos de la mujer que ama, y en compañía de la escoria que trabaja en ese remoto paraje por suculentas sumas de dinero- decide abandonar la montaña. Sin embargo, el destino le deparará una sucia pasada y, luego de una atroz tormenta de nieve, su avión se estrellará en un gélido confín de la región. Allí la historia tomará un nuevo rumbo, y en adelante el  protagonista buscará guiar a un puñado de sobrevivientes, enfrentando a sus antiguos y feroces rivales: los lobos, esta vez en amplia desventaja.

“The Grey” es un dinámico film de Joe Carnahan, un semi-desconocido director estadounidense, quien nos presenta una cinta que, sin salir del esquema de lo convencional, e incluso cayendo en varias ocasiones en lo repetitivo y tedioso, representa el típico film de suspenso, muchas veces impregnado de inverosímiles situaciones. La caracterización de Liam Neeson, sin ser magistral, se destaca en la película, siendo su personaje –no muy bien definido por el guión- el que sostiene toda la producción. Vale rescatar el papel de Díaz (Frank Grillo), que cayendo algunas veces en lo chabacano, puede resultar interesante. Sin embargo la película se deja ver, sobre todo por sus bellos paisajes, enmarcados en una aceptable fotografía. Se puede advertir en “Un día para sobrevivir” una fuerte similitud con The Ghost and the Darkness (1996), y sobre todo con The edge (1997), ambas superiores producciones en cualquier orden, si las comparamos con la película que comentamos.

domingo, 19 de agosto de 2012

Diálogos de madurez: De Roma con amor.


Diálogos de madurez: De Roma con amor, de Woody Allen.
Woody Allen: To Rome with love, Gravier Productions, Medusa Film.USA.  112 min. 2012.



De Roma con amor es una simpática película que nos alegrará la tarde de sábado. Hilarantes situaciones, jocosos personajes –muy del estilo de Woody Allen-, y la “Ciudad Eterna” de fondo, arrancaran buenos momentos y una que otra carcajada. A pesar que no estamos –ni de lejos- frente a una de las mejores cintas de Woody allen, siempre uno de sus films es más que aceptable, aún más teniendo en cuenta la miseria de la cartelera local.

Utilizando el esquema de historias cruzadas y algunos de los recursos narrativos desplegados en Midnight in Paris (2011), Allen hilvana retazos de las venturas y desventuras de cuatro personajes –un director de orquesta en plena crisis de jubilación, un nostálgico arquitecto retirado, un recién casado buscando triunfar en la capital y un típico empleado romano de clase media- y sus parejas. La ilusión y el humor atraviesan la cinta, aunque sin el acierto de cintas precedentes, incluso de la recientemente aludida –y estrenada- “Medianoche en París”. Sin embargo, a Woddy, quien actúa en esta cinta, se le nota cansado y renuente a hacer grandes apuestas en sus últimas producciones; films que tienen como personaje principal a la Ciudad donde se desarrollan (París, Roma) y que son los característicos de esta etapa de madurez del director norteamericano. La sobriedad en su realización, caracterización, humor, y sobre todo, la simplicidad en el  guión marcan la diferencia con obras magistrales como Annie Hall (1977) o Manhattan (1979).

Algunas otras curiosidades dignas de rescatar son: que, tal y como en Medianoche… Allen buscó homenajear una época y sus personajes (Elliot, Dos Passos, Hemmingway), al parecer en esta cinta se entrevé un homenaje a aquellos grandes directores italianos y sus obras maestras, tan significativas para el neoyorquino. Así pues podemos distinguir la famosa secuencia circular de la Roma: Ciudad abierta (1945) de Rossellini al inicio de la película, ciertos coqueteos con El Jeque Blanco (1952) de Felinni en la línea argumental de una de las historias, y mucho que ver con películas de corte romántico de Scola, como Un día muy especial (1977) o  Nos habíamos amado tanto (1974).Asimismo es de destacar un corte un tanto misógino en cuanto el tratamiento de los caracteres femeninos, quienes -sin caer en la caricatura- son implacablemente fatales.        

martes, 14 de agosto de 2012

“Flama Olímpica”: Carros de Fuego.


“Flama Olímpica”: Carros de Fuego, de Hugh Hudson.
Hugh Hudson: Charriots of Fire, 20th Century Fox, Allied Stars, Enigma Productions. UK. 123.  min. 1981.
                         


En 1981 se estrenaría uno de los films deportivos más recordados de todos los tiempos, la ganadora del Oscar: “Carros de fuego”. Película que ha cobrado notable protagonismo en la reciente coyuntura olímpica. Sin embargo, ¿por qué se considera como tal a esta cinta? Trataremos de resolver esa pregunta.

Llevar un tema –el deporte- que es usualmente débil y muchas veces llevado a la superficialidad, hasta a  niveles estéticos aceptables, es una verdadera proeza. Conocemos muchos otros fallidos ejemplos en este género, en los que los malabares deportivos opacan la –a veces inexistente- línea argumental.  A excepción de la críptica Olimpia (1938), interesante muestra de la propaganda cinematográfica nazi, films como The Longest Yard (1974) y Victory (1981) dan cuenta de esto último; teniendo así que esperar hasta Charriots of Fire (1981) para que una película sobre las olimpiadas se suba al podio.

De otro lado, Hudson, echando mano a un sencillo guión, pero mediante una delicada realización, logra sumergirnos en la vida de un puñado de jóvenes universitarios británicos, que busca terciar su destino en  los Juegos Olímpicos de 1924, en el Paris de la post-guerra. Ante nuestros ojos emerge una historia sólida, emotiva, y sobre todo cautivante para el espectador. La forma en que se estructura la historia, en tanto ritmo y orden de las secuencias, le confiere un particular pulso al film, al mismo tiempo que realza los mayores aciertos de la película: el vestuario, la escenografía y la memorable música de Vangelis Papathnassiou. Estamos, en suma, ante una delicada película, que abunda en detalles exquisitos al ojo y al oído, fundiéndonos –quizás sin quererlo- en aquel caballeroso espíritu de competencia que caracterizaba –y caracteriza- a los Juegos Olímpicos.       

jueves, 2 de agosto de 2012

“Los Films Contemplativos”: La trilogía de Apu.


“Los Films Contemplativos”: La trilogía de Apu, de Satyajit Ray.

Satyajit Ray:   Pôther Pãchali, Government of West Bengal. 115.  min. 1955.
                        Aparajito, Aurora/ Epic Film. 108 min. 1958.
                        Apu sansar, Satyajit Ray Productions. 103 min. 1959.



Por: César Belan

“Cuando el neorrealismo llega a la India y se funde al budismo hindú: un film contemplativo”. Así catalogaba Guillermo Cabrera Infante –prolífico escritor y crítico de cine cubano- a “La canción del camino”, la primera entrega de la saga de Satyajit Ray; trilogía –que a estas alturas- está reconocida como una de las cúspides de la cinematografía mundial. Transcurría la primera mitad de la década de los 50’ y “Caín” (seudónimo de Cabrera Infante) incluía en su relación de sus “doce mejores películas” a la recién estrenada Pather Panchali (1955), modesta película india que sólo pudo terminarse gracias a la subvención del gobierno de Bengala.

Es así que, de primera intención, se consideró a esta obra maestra como un maravilloso film cuasi-documental; sin embargo las magníficas cualidades técnicas de la película (tal como la ambientación y la fotografía), un sencillo pero sólido guión y un maravilloso marco natural y “cultural” –resaltado como pocas veces por la música del maestro Ravi Shankar- hacen de ella la mejor película realizada hasta ahora en la India, y quizás una de las mejores de todos los tiempos.

Ray había iniciado una revolución en su modesta Bengala con su primera película, y ante el impacto causado el propio Primer Ministro Indio subvencionaría los dos siguientes films de la trilogía: “El invencible” y “El mundo de Apu”, en las que sin dejar de evidenciar la calidad técnica y dramática en manos de Ray, recorremos entusiastas e hipnotizados los progresos y reveses de Apu, el pequeño del que fuimos testigos de su nacimiento en la primera entrega.

Las tres películas son dignas de verse, por todo lo antedicho, incluso de un tirón; el tono “contemplativo” –a decir de Cabrera Infante- nos sumirá en el delicioso letargo de esta sensible –nunca sensiblera- producción, para luego introducirnos en el misticismo y la desbordante emoción de la India.