martes, 31 de mayo de 2011

La del pirata cojo: Piratas en el Caribe IV

La del pirata cojo: Piratas en el Caribe IV, Rob Marshall

Pirates of the Caribbean: on stranger tides: Rob Marshall. Walt Disney films. 2011. 137 min.


En estas semanas atravesaremos aguas peligrosas, siempre de la cómoda butaca del cine más cercano. La tercera cinta de la saga de Rob Marshall llega a la cartelera arequipeña de la mano de Jack Sparrow, el –a estas alturas– legendario pirata que encarna Johnny Deep. Con peculiar humor y singular estilo, el capitán de las fieras estocadas y delicado andar nos hará partícipes de fantásticas situaciones en tierra firme y altamar. Históricos personajes como el cruel corsario Barbanegra, Jorge rey de Inglaterra y el mítico defensor de la fe, Felipe II de España, serán metamorfoseados por obra de la ficción, haciendo aún más deliciosos aquellos detalles que los hicieron merecedores de un nombre en la historia.

Con un vestuario y decorado que –amén de elaborados– acentuaron el particular carácter de cada uno de los personajes y de la historia en sí, Piratas del Caribe, Navegando en aguas peligrosas nos transportará a paradisiacos parajes a bordo de fabulosos navíos de ensueño.

Los más vivaces sueños infantiles cobran vida en esta película, la que se cuenta entre las mejores producciones realizadas por Disney en la última década; una productora que ha venido sobrecargándonos con sofisticadas animaciones que apelaban más a las neuróticas vicisitudes de la vida cotidiana (división Pixar), que a la cándida y fructífera imaginación infantil, desarrollada en sus temáticas más tradicionales. En Navegando en aguas peligrosas como en los otros dos films de la serie, se devolverá la magia a un género que comenzaba a rayar en la monotonía. Así pues sabemos, gracias a esta cinta, que los piratas no son cosa de juego.

(IIIIPalmas fraternales)

domingo, 22 de mayo de 2011

Los ojos de Dios: Ágora

Los ojos de Dios: Ágora, Alejandro Amenabar

Agora: Alejandro Amenabar. Himenoptero, Telecinco cinema. 2010. 128 min.


La propaganda podrá convertirse en arte sólo cuando esta se reconozca como tal. Esta premisa se corrobora analizando algunas emblemáticas cintas como El nacimiento de una nación (1915) y Acorazado Potenkim (1924); films que sin disfrazar su sesgo político-ideológico se han convertido en verdaderas obras maestras al pretender comunicarnos su parcial visión del mundo mediante una estética de valor universal.

Por el contrario Agora es una de aquellas películas que pasarán sin pena ni gloria por la historia del cine, sin otro atributo que su carácter ridículamente pretensioso. Sus ánimos totalizantes tan divorciados de la perspectiva histórica sólo lograrán convencer al más ingenuo y escandalizar al letrado; todo bajo la agravante de una seudo-objetividad.

Justamente la trama de esta cinta radica entre la mítica lucha entre la “objetividad” científica y el “bárbaro oscurantismo” en que recae cualquier hereje de la religión positvista. Siendo así que bajo esta concepción simplista, disciplinas como el psicoanálisis, la ética, la filosofía y la poesía –aquellas que no endiosaron al frío guarismo y al vetusto método de verificación empírica–, serán consideradas como meras mitologías que representarán un lastre al saber humano. Es de esta manera que Ágora encarna aquella caricatura de la ciencia que pretende, entre otras cosas, que las disciplinas matemáticas y exactas se confundan –y hasta remplacen– postulados éticos y morales. Derrochando una cuidada escenografía y magnífico vestuario, esta cinta alcanza desnaturalizar personajes históricos en sus ánimos propagandísticos de índole anticlerical. La matemática Hypatía y San Cirilo de Alejandría se convertirán en grotescos personajes de folletín, y los alumnos de la academia del dios Serapis parecerán cualquier estudiante de un College progresista y experimental, y finalmente los paleocristianos parecerán más huelguistas del SUTEP que devotos y fervientes mártires.

Es de remarcar pues el exagerado ánimo antireligioso de esta cinta, que en boca de su director Alejandro Amenabar, “sólo pretendió evidenciar la intolerancia”; confirmándose así que el cine post-franquista español ofrecerá abordará –mayormente– dos grandes líneas temáticas: apología homosexual, furor anticlerical, y todas las combinaciones intermedias. Ya lo había dicho el viejo incrédulo de Émile Ciorán: “Cada pueblo traduce en el devenir y a su manera los atributos divinos; sin embargo el ardor de España permanece único. Si hubiera sido compartido por el resto del mundo, Dios estaría agotado, desprovisto y vacío de El mismo. Y para no desaparecer –por autodefensa– hace prosperar en sus países el ateísmo… Toda santidad es más o menos española: si Dios fuera Cíclope, España le serviría de ojo”.

(IIPalmas fraternales)

jueves, 28 de abril de 2011

Un film en búsqueda de identidad: Desconocido

Un film en búsqueda de identidad: Desconocido, Jaume Collet-Serra

Unkmown: Jaume Collet-Serra. Warner Bros. 2011. 110 min.


Martin Harris es un reconocido biotecnólogo norteamericano de visita en Berlín, quien luego de sufrir un accidente de tránsito descubre que su identidad le ha sido sustraída. Después de una serie de desventuras y persecuciones por las calles de la capital alemana encontrará la verdad sobre su propia vida al toparse con nuevos personajes, quienes de manera inusitada se convertirán en la razón misma de su existencia, debiendo así confrontar a sus fantasmas del pasado. Es así que bajo la apariencia de un thriller, Unkmown encierra una metáfora que alude a la búsqueda de la identidad y a la perenne reelaboración de la naturaleza de cada individuo.

Por otro lado Desconocido se nos muestra como una eficiente cinta de suspenso cuya trama, sin dejar de rayar en lo convencional, nos tendrá un buen rato pegado a la butaca. Liam Neeson (Martin Harris) nos ofrece una caracterización que, sin llegar a ser remarcable, es tan satisfactoria como las que el actor irlandés viene llevando a cabo. Resulta más bien destacable la actuación de Bruno Ganz, quien interpretando a un oficial retirado de la STASI logra construir un carácter que contrasta por sus detalles y profundidad psicológica con los demás personajes, que a pesar de sus diferentes roles resultan un calco y copia el uno del otro.

Película emocionante y divertida que sin embargo no logra convencernos completamente, quizás por poseer una deficiente dirección, nada acorde con el complicado –y quizás por ello sobresaliente– guión que articula la historia.

(III Palmas fraternales)

martes, 19 de abril de 2011

Ecce Filme: El rito.

Ecce filme: El rito, Mikael Hafstrom

The rite: Mikael Hafstrom. Contrafilm. 2011. 110 min.



Las posesiones diabólicas son y serán un tópico cinematográfico que afiebrará de cuando en cuando nuestras mentes, a la vez que insuflará aires de vigencia a la temática religiosa en el cine. De esta manera El Rito se nos presenta como un film que recrea de manera simbólica la decadencia de la Iglesia Católica en los tiempos modernos, al igual que sus predecesoras The Exorcist (1973) y Exorcismo (1974), pero quizás no con el mismo acierto. Usualmente estos filmes carecen de fundamento doctrinario, ya que explotando el lado más sensacionalista del fenómeno religioso y su liturgia, se deja de lado el trasfondo ético-moral que los inspira, desnaturalizándose así por completo el rito. Sin embargo este film hace honor a su nombre, y se presenta como una de las pocas cintas del género que está sujeta –en parte- a los dictados de la Iglesia; eso sí, sin sacrificar los necesarios giros y requiebros ficcionales. Así la última escena nos presenta una imagen plena de significado: Michael Kovak, el incrédulo exorcista, finalmente ejerce el ministerio de la confesión; sacramento que según la Tradición Apostólica es el verdadero azote del demonio.

Por otro lado, ya en términos cinematográficos, podemos afirmar que El Rito no es una película muy lograda. Frente a la iniciadora de la saga deja mucho que desear, en especial con respecto a los matices y tonos fotográficos, el tratamiento de las escenas y la música. La obra maestra de William Friedkim mantenía coherencia y uniformidad entre temática y forma, El Rito por su parte no lo logra, a pesar de pretender mantener la misma lógica. Quizás el desarrollo de la historia, un guión más ligero, sus secuencias en locaciones abiertas diluyen el ambiente opresivo que por momentos se quiere recrear, aquellas que nos traen a la memoria las logradas escenas de El Exorcista. No obstante lo dicho, y a pesar de sus errores formales, esta cinta es una de las mejores propuestas de los últimos meses.

Es remarcable la actuación de Anthony Hopkins en quien muchas veces recae todo el peso de la cinta. Las vistas de Roma son siempre placenteras a pesar de estereotipadas. Finalmente sólo queda recomendar al precavido lector, además de disfrutar este filme, portarse bien para evitar cualquier visita inesperada del demonio.

(III y ½ Palmas fraternales)

sábado, 26 de marzo de 2011

No hay nada nuevo bajo el sol: Rango

No hay nada nuevo bajo el sol: Rango, Gore Verbinski

Rango: Gore Verbinsky. GK Films, Blind Wink Produccions. 2011. 107 min.



Según Borges sólo existen dos historias únicamente originales: en la primera se relata la odisea de un hombre que regresa a casa luego de la guerra; la segunda da cuenta de un hombre que con una cruz a cuestas sube al Calvario. La literatura –y el cine– será pues, mera reactualización y digresión intertextual, llevada con mayor o menor acierto en cada uno de los casos. Rango, la película que nos toca comentar, se puede contar entre las primeras, pues en ella el director de la saga de Pirates of the Caribbean (2003) realiza un merecido homenaje al género más importante de la industria cinematográfica norteamericana: el Western.

La vieja –pero por ello no menos emocionante– trama del bandido que se pasa al lado de los buenos es la columna vertebral del film. En Rango, un simpático camaleón, hará las veces de Lee Van Cleef en Beyond the Law (1968), o Jack Palance en Companeros (1970). Con acertado humor y un atrapante ritmo digno de un encumbrado western, la cinta recrea insustituibles escenarios del género, para terminar con una magistral escena de duelo donde Rango, haciendo gala de su condición de animal de sangre fría, recreará memorables pasajes de The bad, the good and the ugly (1966), ciñéndose al ristre el viejo poncho de Clint Easwood

Es así que Rango cumple las expectativa de grandes y chicos, de ávidos cultores del género del desierto y de aquellos que nada tienen que ver con las películas de vaqueros. Nos divierte sin apartarse de verdadero su objetivo, hacernos recordar con nostalgia célebres pasajes del western haciendo evidente lo sólido y encantador que representa ese tipo de cine. En suma este film nos enseña que para un camaleón, “no hay nada nuevo bajo el inclemente sol del viejo oeste”.

(III Palmas fraternales)

viernes, 11 de marzo de 2011

El (des)amor de siempre: Amigos con derechos

El (des)amor de siempre: Amigos con derechos, Ivan Reitman

No strings attached: Ivan Reitman. Montecito Picture Company. 2011. 108 min.



Amigos con derechos posee todos los ingredientes de una comedia romántica: situaciones jocosas y a la vez tiernas, un desamor con visos de solución y un par de guapos protagonistas. La identificación –por más falaz que sea– será entonces inmediata, y en terrenos del amor (donde todo lugar es común) cualquier escena nos parecerá familiar. Si el film cumplió su objetivo estaremos una vez más –por esas cosas del espejo empañado– cortejando a Natalie Portman o dejándonos seducir por Ashton Kutcher según sea el caso.

De esta película, a pesar de ser una cinta producida en masa, podemos rescatar algunos rasgos que quizás valgan la pena resaltar. A diferencia de Just Friends (2005), 500 Days of summer (2009) y Friends with benefits (2011), este film posee de antemano dos aciertos: un guión tan simple y predecible que resulta honesto y por lo tanto menos pretensioso; un guión que acentúa, a fuerza de obviedad, la mecánica de la identificación y lugar común, espina dorsal de este tipo de películas. El segundo acierto reside en ajustarse eficazmente a las circunstancias en el que se desenvuelve el influjo de eros actualmente –frágiles relaciones, conexiones “líquidas” y aversión al compromiso–. Estas coyunturales características son abordadas por la película con cierto vigor y acierto, pero sin desnaturalizar los clichés y el final feliz. La actuación de Natalie Portman resulta también remarcable. Su dulce sensualidad resulta, a primera vista, aquel componente que puede hacer de este film algo trascendente. Por su parte Ashton Kutcher sin desligarse de su habitual caracterización –ligera y predecible– permitió imprimir a su personaje un carácter adecuado para la película; actuación que muchas veces cobró –insólita– relevancia para el buen transcurrir de la misma.

Finalmente y para terminar señalamos que, cuando las cuentas son claras, y el film que se nos ofrece discurrirá ante nuestros ojos tal y como esperamos, más allá de aburrirnos, disfrutaremos del viejo y esquivo amor recorriendo seguros los rincones del lugar común.

(Iy ½ Palmas fraternales)

martes, 1 de marzo de 2011

Menos es más: El discurso del rey.

Menos es más: El discurso del rey, Tom Hooper

The king’s speech: Tom Hooper. UK Film Council, The weinstein Co. 2010. 118 min.



La ganadora del Oscar, The King’s speech, está en cartelera. Tom Hooper nos ofrece en esta oportunidad un esmerado trabajo que se traduce en un film que, apoyándose en una magnífica interpretación, retrata las desventuras del Rey Jorge VI, el monarca inglés que condujo a su pueblo durante la Segunda Guerra Mundial sobreponiéndose a sus propias dificultades en el habla. Por contrario de su más cercana competidora en El Oscar –Black swan- este filme se presenta como una cinta sencilla, pero que gracias a trabajadas secuencias y un buen ritmo nos adentra en una historia que posee la justa cuota de dramatismo y poesía. Así pues, según la sobriedad inglesa, menos es más.

El doloroso transe sufrido por Inglaterra y sus colonias a propósito del mayor conflicto bélico acaecido hasta la fecha, es abordado desde la perspectiva intimista en esta obra. Así también, la dimensión humana será reforzada por una adecuada fotografía (resaltan aquellas tomas en las que el aún príncipe Alberto se presenta a la multitud, haciendo explícito el contraste entre el hombre y la figura, tópico que atravesará todo el filme) un delicioso uso del color y sus matices, y una pertinente escenografía y vestuario.

El drama de toda una nación se representa, además, en preciso contrapunto con las particulares relaciones entre la aristocracia y el Common man, las peculiaridades dela idiosincrasia británica y, finalmente, con las fricciones existentes entre tradición y modernidad en el Imperio. El desenlace es sin embargo feliz: aferrándose a sus costumbres y abriéndose prudentemente a los adelantos tecnológicos y nuevas perspectivas, Inglaterra, su pueblo y su rey permanecen unidos. The King’s Speech es una cinta que de alguna manera responde a los panfletos sensibleros que, últimamente, se han rodado sobre la monarquía -como el caso de The Young Victoria (2009)- que desde los Estados Unidos reproducen versiones edulcoradas sobre la realeza y sus deberes.

(IIII y ½ Palmas fraternales)