A Bond, definitivamente, no le va la oficina: Quantum of Solace
Marc Forster: Quantum of Solace,
Asistimos con algo de expectativa, la semana pasada, a la proyección de la nueva película del infatigable Agente 007, Quantum of Solace. El filme, a pesar de conservar la consabida fórmula de la saga: impresionantes paisajes, espectaculares bond girls, lujosos autos y sofisticados artefactos militares; todo dentro de un acelerado ritmo de persecuciones y tiroteos, posee características originales con respecto a otros filmes de la serie.
En Quamtum of Solace podemos observar a Daniel Craig representando a un James Bond muy distinto - por ejemplo - al caracterizado por Timothy Dalton en Licence to Kill (1989), en quien cierto dejo de cinismo y frescura ochentera representaba su mayor encanto. Y es que los tiempos han cambiado, y también los enemigos, quienes, tal como refiere en la película un espía retirado interpretado por Giancarlo Giannini, se confunden con los héroes, y a la vez, estos se confunden con los villanos. Esta situación, para nuestra sorpresa, obliga finalmente al buen Bond a enfrentarse contra sus amigos de siempre, sus colegas de
De entre todas las escenas de a lo largo del filme, podemos rescatar a la que se desarrolla en un moderno teatro donde se interpreta la famosa ópera de Puccini, Tosca; y que según sabemos, es también la favorita del director. Dicha secuencia, que intercala imágenes de Bond zafándose de sus perseguidores a punta de disparos y de la - no menos sangrienta - ejecución de Mario Cavaradossi, protagonista de la ópera, es de las más logradas en la película.
Quantum of Solace, es pues, altamente recomendable, y quizá la mejor película en la actual cartelera arequipeña.
(IIIPalmas fraternales).
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