domingo, 19 de diciembre de 2010

Un Almodovar de pantalla chica: Sin tabú salió del closet.

Un Almodovar de pantalla chica: Sin tabú salió del closet.

Nacho García Velilla: Antena 3 Films, Canguro Producciones. 111 min. 2008.


Javier Cámara, protagonista de las recordadas Hable con Ella (2002) y La Mala Educación (2004), interpreta a un extravagante chef en esta farsa de corte homosexual. Esta peculiar clasificación – que define con mayor o menor éxito a películas como La Jaula de las Locas (1996) – que puede pintar de cuerpo entero a esta cinta. Otra buena pista, si estamos buscando descripciones, nos la puede dar su productora: la sección cinematográfica del canal español Antena 3; estamos pues ante un film para la televisión que tiene por único objetivo brindar unos minutos de liviana diversión, y sí que lo logra.

Sin embargo en ella podemos rastrear una larga lista de “influencias” que van desde el cine hasta cuestiones de corte coyuntural. Es innegable el sello que Almodovar ha podido imprimir en Nacho García, quién además de trabajar con Cámara y demás miembros del equipo de Almodovar, mantiene todo su línea temática e “ideológica”. Sin embargo no estamos frente a una película del afamado director manchego en lo que respecta a su tratamiento cinematográfico con soberbio colorido y delicados tonos; estamos más bien frente a una grotesca versión del trasfondo que Almodovar pretende evidenciar, y no tendría que ser de otra forma ya que las ambiciones de la película no son otras. La temática homosexual del cine post-franquista se puede rastrear desde directores como Eloy de la Iglesia – a quién no pudo superar Pedro Almodovar – hasta esta cinta light, pasando por el ya citado manchego. Es evidente pues, que estamos ante un fenómeno social – la homosexualidad y su “cultura” – que define a la España actual como ningún otro (salvo, tal vez la violencia en el seno de la familia), y que en la cinta resalta como un trauma que entrecruza la vida de los personajes, a pesar del superficial mensaje de “tolerancia” e “integración” que esta rezuma.

Cuestiones aparte del meollo del “problema homosexual” y sus posibles “soluciones”, vemos que en una sociedad en donde las heridas de una guerra civil aún no han cerrado, esta temática puede resumir el trance de la idiosincrasia de un pueblo radicalmente conservador, que en la pugna por “ponerse acorde a los tiempos”, hace remecer sus cimientos hasta la médula de su identidad y su integración como nación. La cinta es una buen termómetro de la coyuntura: en ella vemos como se culpa a los mayores de la odiosa discriminación, sin embargo en todos los caracteres sociales la tensión hacia el homosexual es evidente; en ella el personaje más empático es el que representa al españolísimo “macarra”, quien no atenúa su fuerte dosis de machismo a pesar de la línea de la película; finalmente, en ella se expone el problema de manera descarnada y describe situaciones en extremo violentas a causa del homosexualismo – a pesar de ser una comedia -, sin embargo en el desenlace lo menos verosímil es el final feliz, por el cual como por arte de magia caracteres evidentemente enfrentados llegan a una feliz solución. Estamos pues ante lo que – pienso – pasa en España, todos buscan la solución integradora y confían en ella, pero esta no parece verosímil y aún permanece lejana.

(IIPalmas fraternales)

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